Friday, October 20, 2006

Estimado lector, después de muchas noches sin escribir nada nuevo, hoy en una tarde de otoño de un viernes como cualquier otro, encontramos el pretexto y la oportunidad para dedicarle unas cuántas líneas a las aventuras de Elías en el mundo.

Cada día la gente me pregunta cómo está el bebé, qué hace, qué dice (en lenguaje de bebé por supuesto), y yo atino a decirles que está bien, pero ¿cómo saber qué este bebé está bien? La verdad es por mera intuición u observación pues me he dado cuenta de que en estas pocas semanas ha aprendido algo. Ha aprendido a sonreír y lo hace cada vez más seguido. Uno de mis hermanos, el poderoso Wotan me proporcionó la carta astral de Elías donde decía, entre otras cosas, que sería poseedor de una sonrisa encantadora y que con ella podría convencer a la gente de hacer su voluntad... jajajaja suena cataclísimico, pero por lo menos yo ya caí, sólo verlo me provoca obedecer, casí distingo en su llanto "papá quiero leche!" y adormilado o como esté, cumplimos el mandato.

Los dejo con unas postales de Elías para que vean que coqueto se está poniendo y dicen por ahi, que se parece mucho a su padre, ¿será?





saludos!

Carlos

Saturday, October 14, 2006

En esta ocasión nos encontramos con una instantánea del alimento vital para Elías nieto, Elías hijo y Elías Padre, incluso se deja ver el jugo de la mamá, un refri muy familiar. Cabe mencionar que en este momento bebemos la última de ambas cosechas, sin embargo una nueva remesa se está enfriando en este momento.

Sin tele y sn cerveza... Elías pierde la cabeza, la pregunta es ¿cuál?

Saludos!

Carlos

Wednesday, October 11, 2006

Esta noche los dejo con una postal poco conocida pero vital para entender el universo de una galaxia muy lejana...

"A tremor in the Force... The last time I felt it was in the presence of my old master..."

saludos!

Carlos

Friday, October 06, 2006

El ombligo de la noche triste

Una noche hace como 500 años, en el año de 1520, una rebelión (o defensa) del pueblo otrora Azteca arremetió contra los conquistadores propinándoles una funesta e ignominiosa derrota. Dicen que aquella noche, el máximo conquistador Hernán Cortés lloró a la luz de la luna sentado en las faldas de un "Ahuehuete" bautizando ese lugar y ese árbol, como "El árbol de la noche triste" Sobre lo que pasó después no abundaremos porque ya es historia.

El mentado árbol...

La noche de anoche prometía mucho, la anterior Elías había estado extraordinario: dormía, comía, dormía, comía, con amplios rangos de 2 o 3 horas entre uno y otro lo que nos dejó descansar muy bien. Así pues la tercera noche de Elías se vislumbraba como una noche de descanso, pues en el día se había portado de manera fenomenal.

Así pues subí a la habitación cerca de la una de la mañana, entré al cuarto y tome mi confortable silla para leer todas las especifícaciones del nuevo Wii de Nintendo que acababa de adquirir horas antes. Sí, lo acepto, soy un padre poco convencional, o quizá uno irresponsable, o quizá sólo un tipo que trata de continuar con su vida y de la cual quiere hacer partícipe a su hijo y esposa. Como consejo, nunca manden al papá a hacer compras a una tienda departamental y menos acompañado de su amigo de compras con el cual los constantes "mira lo que compré..." están a la orden del día.

Mi última adquisición...

Me senté, subí las piernas en un mueble y apenas comenzaba las primeras líneas, Elías despertó. Cruento momento en el que por un lapso de casi 2 horas (podrían ser más podrían ser menos) Elías estuvo intranquilo. Había comido muchísimo, por lo cual la fórmula de alimentarlo para que se quedara dormido, quedó desechada. Lo cargamos, abrazamos, arrullamos, su abuela vino y logró tranquilizarlo, pero apenas salía de la habitación, el chamaco ponía a prueba a sus inexpertos padres. Una vez pasado el suficiente tiempo le dieron de comer, pero no fue la solución. Sí se calmó, pero no lo suficiente, había algo más ahí... revisamos su pañal, lo revisamos a él y todo normal... había algo más ahí, oh sorpresa cuando vimos que su ombligo ya no estaba ahí, por fin se había caído...

El mentado ombligo...

El chupón funcionaba a ratos, pero estaba muy molestito como para recibirlo feliz. De pronto se durmió. Los padres felices se acuestan, sólo para darse cuenta que un mosco (o unos) rondaban sus cuerpos cuales tiburones hambrientos a sus futuras presas. Nos levantamos, prendimos la luz y 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7 moscos muertos, por supuesto entre el ruido despertó Elías. Otra vez comenzó el drama por volverlo a dormir y lo único que funcionó fue ponerlo sobre la almohada, sólo así se logró dormir... lo movimos al centro de la cama entre Nalle y yo, lo cubrimos y para evitar los piquetes, le colocamos un velo encima. El problema es que el velo molestaba al bebé y cada que lo tocaba, hacía por despertar. Cual amoroso padre que soy, levantaba el velo con mis manos para hacerle una tiendita y dormía muy contento. Así estuve como 2 horas, después le quité el velo y vigilaba que no se le acercaran los moscos, afortunadamente mi antigua táctica para que no le picaran a Chantal seguía funcionando: me descobijo junto a él y me quito la playera, entonces me pican a mi muchas veces, pero no se acercan a él. A la mañana siguiente, recordaba los llantos de Elías, a veces de hambre a veces de desesperación y lo único que pude imaginar fue a Cortés llorando en su árbol, como Elías llorando en su ombligo.

saludos!

Carlos

Thursday, October 05, 2006

Elíás Abdulah Muhammad Al Din

Hoy despertamos en un día tranquilo, un poco nublado, de esos que últimamente pintan las mañanas en esta bonita capital. Un poco apresurados y un poco adormilados procedíamos a las labores de acicalación diaria para estar presentables en el Registro donde presentaríamos a Elías oficialmente en este país.

Mi padre había salido más temprano en una labor exploratoria para ganar buen lugar y felices recibimos la llamada de que nos atenderían a las 9 y que eramos la ficha número 2.

Eran las 8 y pensábamos en ya salir o desayunar algo antes de hacerlo. El caso es que eran las 8:30 cuando salimos presurosos como pastores a Belén. Para los que se han subido a un auto conmigo, conocerán mi estilo descuidado, a veces veloz, a veces lento, sin embargo esta vez traía a mi esposa e hijo a bordo así que las precauciones sobraban a la hora de cruzar una avenida, de pasar un tope, de dar una vuelta, etc. El trayecto que en un día normal haría en 25 minutos tomó algunos más. Llegamos veloces y mi papá nos esperaba afuera, entramos y ya iban en la ficha 3, pero en seguida nos atenderían.

Por fin pasamos y una señorita (o señora, quién soy yo para ventilar esos asuntos) muy amable nos explicaba lo que había que hacer y toda la onda. Le hicimos la pregunta de rigor sobre el segundo apellido de Chantal... petición que nos fue denegada, pero qué importa, no pasa nada. Me preguntaron si estaba escrito el nombre correctamente del bebé, a lo que yo dije que no, porque su nombre debía ser Elías Abdulah Muhammad Al Din Pérez Espinosa, petición que una vez más me fue denegada. Así pues le dieron la bienvenida a México, al Ciudadano Mexicano Elías Carlo Pérez Espinosa (sí, leyeron bien, Carlo sin "s", se oye interesante ¿no?)

Desde "La Meca" le dan la bienvenida...

Bienvenido hijo, has nacido en un país muy interesante y si lo tomas como yo, te vas a divertir. Los dejo con un estudio del recién nombrado Elías Carlo:






saludos!

Carlos

Tuesday, October 03, 2006

En esta ocasión el post se parte en dos interesantes relatos, pues convergieron dos días importantes: mi cumpleaños y la llegada de Elías a su nuevo hogar.

Sorpresas y más sorpresas...

Ayer fue mi cumpleaños, por primera vez no esperaba nada en este día. Ya saben, llega el cumpleaños y uno espera que lo sorprendan (aunque lo nieguen) con grandes y bonitos regalos, pero este 2 de octubre era diferente. Hoy por la mañana salimos del hospital, tuve que regresar a trabajar porque había unos pendientes y bajo la promesa de que el resto de la semana podría estar con mi nueva familia y con la vieja también jejeje.

La salida del hospital pues típica, fui a pagar y aunque el precio de este lugar es infinitamente menor a los grandes hospitales, uno no deja de asustarse ante 14, 600 pesos al chas chas... Como siempre las dudas, como cuando pides la cuenta en el bar después de chupar como si fuera 2x1 y al final niegas haberte tomado esas 3 botellas de vodka jajajaja... lo mismo aquí, sólo que por 5 min extras en el quirófano, casi 2 mil pesos más a la cuenta, pero bueno finalmente uno está tan contento por salir de ahi que no le importa. Los hospitales siempre tienen ese ambiente que por más cálido que se trate de hacer, siempre en sus pasillos deambula la enfermedad, la recuperación y las esperanzas.

Llegué a la oficina y zas por supuesto ya todos sabían la nueva. Inmediatamente mi jefa me secuestro para obtener la primicia, la exclusiva del primer relato sobre cómo había estado el fantástico fin de semana. Estuvimos un buen rato hablando y oh sorpresa, el primer regalo... claro no para mi, pero qué importa, ¡¡¡un regalo siempre es un regalo!!! Una coquetísima silla para bebé con pecesitos y toda la cosa, muy bonita por cierto.

Después el resto de los amigos, todos felicitándome y queriendo saber qué pasó. Afortunadamente les envié este blog antes, así que aunque no pudieron ver las fotos por los bloqueos de sistemas, ya sabían cómo había estado la onda. Les mostré el video, las fotos y la emoción en la voz de quien había estado presente todo el tiempo. Casi no pude adelantar esa mañana, pues todos querían un poco de la historia. A la hora de comer un festejo muy peculiar, mi fiesta de cumpleaños y un baby shower para Elías, donde sólo estaba su padre jejeje. Cabe acotar que este bebé ha recibido muchísimos regalos, pero muchísimos y todos son particularmente bonitos, creo que nos han facilitado la vida pues solo hay que escoger cualquiera para que Elías se vea flamante y como nuevo.

Día de fiesta...

El día transcurrió sin complicaciones. Por la noche una pequeña celebración en casa con los amigos, las mañanitas, los abrazos y el pequeño Elías presente en el festejo número 26 de su papá. Como decía al principio, cada cumpleaños uno espera las sorpresas, en esta ocasión yo no esperaba nada, no me malentiendan, lo que quiero decir es que me sentía como si ya lo tuviera todo. Pero una vez más la sorpesa... mi esposa, mi querida princesa, tenía un par de regalos más para mi. Por supuesto había que alimentar al niño que traigo dentro y que se niega a madurar jejeje, así que qué mejor que un control extra de Xbox para poder jugar con los amigos y un bonito sueter para verse más guapo en su nueva etapa de papá.

Todo en familia jejeje

Visitas inesperadas muy bienvenidas

Lebrones para siempre...

Elías, Elías Revolutions y Elías Reloaded...

La primera noche...

Una vez que todos se fueron, comenzó la aventura. Por supuesto que fui amenazado durante meses de que me despidiera de mis noches de juego, de mi sueño profundo y de infinidad de comodidades que da la vida del que no tiene nada que hacer más que mantenerse en pie.

Es difícil deshacerse de ese tipo de vicios, así que fiel a mi tradición de desvelos, cambié la noche de juego, la charla en internet, por un par de horas de conteplación al pequeño Elías que dormía plácidamente. Por supuesto, me acostaba y apagaba la luz, pero apenas oía un ruidito, un gruñido, un mmm un algo, me paraba velozmente. Echémosle la culpa a todos los que cuentan los peores cataclismos que suceden cuando no vigilan a sus hijos. Lo bonito empezó como a las 3 am, Chantal descansaba después de un día intensísimo tratando de enseñar al pequeño Elías, quien magistralmente y en menos de 24 horas, comprendió la técnica fantástica, milenaria, ancestral y vital dentro del instinto, de aprender a comer de su mami. Así pues, me discutía entre ver a mi esposa y ver a mi hijo, cuando de pronto éste empezó a llorar, despertó... me levanté, lo vi y pensé en despertar a su mamá, pero sentí una lástima tremenda porque dormía por fin. Asentí que era momento de poner a prueba todo lo que no sabía, no se cargar bebés, menos calmarlos, no se darles de comer, no se sacarles el aire, sé hacerlos, pero nada más... quité el velo que lo protege de los hambrientos mosquitos y puse mi mano en su espalda, en su cabeza y le platique un poco... se quedó dormido... podrán decir que es cosa que el bebé estaba cansado, pero para mi fue magia, fue un momento único, un vínculo padre - hijo, de esos que me moría de ganas de sentir desde hace muchísimos años.

Corrí a la cama y emocionado les conté a mis amigos por el chat, sin embargo no pasaron 15 minutos cuando despertó de nuevo, con el clásico chupar de paladar que indica quiere comer. En esta ocasión, su mami despertó y trató de darle de comer, pero estaba ya muy adolorida que corrí a preparle una mamila que previamente mi mamá había dejado lista para la ocasión. Hicimos todos los preparativos, la calentamos en el microondas, le pusimos su ración de leche en polvo, agitamos, probamos la temperatura en un brazo y nos enfilamos a administrar el alivio a Elías. Parece o al menos pensaba que era más complicado, sólo tuve que poner la mamila en su boca y él hizo el resto, su madre se volvio a dormir y mientras comía no dejaba de verlo. Llegó el punto en que ya no quiso más y pensé que ahora tendría que sacar el aire. Toda una experiencia. No se la verdad cuál es la verdadera resistencia del cuello de un bebé (y personalmente no quiero averiguarla), pero tratar de ponerlo sobre mi pecho para darle las bonitas palmadas en la espalda fue toda una odisea (como les dije antes, no se cargar bebés) bastaron un par de golpecitos para que saliera de su boquita el aire que le podría causar malestar. Fue otro momento muy interesante, había hecho otra cosa bien. Después abrió los ojos y nos miramos un rato, le platiqué mi día en la oficina y de que tendría que ir al día siguiente a terminar unos asuntos. Le pregunté si le gustaba lo que hasta ahora conocía y le prometí que siempre estaría con él cuando me necesitara. Finalmente cerró sus ojos y procedí a acostarlo en su cunita. Por supuesto lleno de nervios y buscando la aprobación de alguien que me dijera que así como lo había colocado estaba bien, que estaba suficientemente tapado para no tener frío pero tampoco para tener calor, que así no se voltearía y que dormiría las prometidas 3 horas. Finalmente creo que lo logré, aunque la intranquilidad de la inexperiencia me invitaba a levantarme cada 10 minutos a ver cómo estaba. No reflexionaba que me quedaban solo 3 hroas más antes de levantarme para ir a trabajar, la verdad la emoción era más fuerte que el sueño, aunque al día siguiente, no fue así...

El balance de la primera noche: despertó unas 5 veces en la noche, de la 1 a las 6 de la mañana, dormí quizá lo mismo que estaba acostumbrado a dormir, sin embargo no es lo mismo 3 horas seguidas, que sumadas cada 20 minutos... ¿y saben qué? ¡¡no puedo esperar a la segunda!!

saludos!

Carlos

Sunday, October 01, 2006

El día después de la emoción...

Hoy despertamos con una sola idea en la cabeza, son las 9 de la mañana y ya queremos ver a Elías. Desafortunadamente debemos esperar un rato porque es a las 10 cuando lo llevan a la habitación.

La noche pasó sin muchos contratiempos, sólo dormí un par de horas por estar editando este blog, pero creo que valio la pena. La enfermera entró varias veces y me preguntaba que si no estaba cansado y es que habrá de saber, estimado lector, que la conexión a internet de la cual me colgaba solo funcionaba en la esquina del cuarto y como a más de metro y medio de altura. Así que tomé la mesa desayunadora de Nalle y paradito desde ahi reporteando todo.

En fin, los que me conocen saben qué tan ansioso puedo ser. Estaba en la puerta, esperando a ver cuándo se dignaban a traer a mi hijo, me moría de ganas de verlo y de pronto zas, sale la enfermera con un bebé del cunero... me emocioné por un momento pero luego vi que traía una cobija rosa, así que deseché que pudiera ser Elías, sin embargo en cuanto me vio me dijo que me llevaba a mi bebé.

A unos cuantos pasos...

Les presento al pequeño Elías día 2

Pocas cosas están a la altura de ese momento, esperé toda la noche para poder verlo de nuevo y afortunadamente lo tendríamos en ese momento sólo para nosotros, pues aun no llegaban visitas. Lo tomé y lo abracé... qué bonito huelen los bebés, su piel es tan suave que la toco y siento que no tocara nada (o es que acaso no la toco??) Por supuesto no soy un padre envidioso (bueno si un poquito, pero en este caso no) y se lo pasé a su mami, aunque por todo lo que tenía colgado se le complicaba sostenerlo. Fue un momento muy especial, sólo ella sabe lo que sintió cuando por fin pudo tener entre sus brazos al chiquito que la acompañó por casi 9 meses a donde quiera que fueran, pues ya nunca estaba sola, pues ya nunca lo estará...

Los primeros momentos...  

En ese momento llegó el doctor, como siempre con la sonrisa y diciendo la frase que durante muchos meses nos alegraba los días "...es un bebé fenomenal!!..." Fue un momento un poco triste, pues desenchufaron a Nalle de The Matrix y como dicen en la película "Welcome to the desert of real" Se terminó la fiesta, adios analgésico. Aprovechando el momento, una buena depilada de espalda también jajajaja, viva la cinta adhesiva.

 Mejor que "Touch Me", "Neo Skin" o cualquiera de esos juntos...

Poco a poco fueron llegando los visitantes, primos, amigos, papás, mamás jejeje todos insistían que cada vez estaba más bonito. Todos lo cargaban y todos lo disfrutaban. Su abuela (mi mamá) aprovechó la ocasión para darle una mamila que poco después tuvo a bien devolverla sobre su blusa jajaja.

Una cara de satisfacción...

Hoy fue un día bastante tranquilo, toda la emoción y la adrenalina del día anterior se cambiaban por la contemplación del día 2. Pero tuvo un momento, de esos para la historia, el primer intento de darle pecho. Qué mejor para una mamá primeriza que un bebé primerizo jejeje, así que en un mano a mano, Elías perdió porque nunca pudo prendarse de su comidita.

 Su primer McTrio

Mañana salimos de aquí, al menos eso dijo el doctor y vendrá lo bueno, lo interesante, lo fantástico. Creo que hoy fue un día muy tranquilo, pero mañana, mañana será el primer día, del resto de nuestras vidas. Los dejo con uns instantánea del orgulloso padre...


saludos!

Carlos

Saturday, September 30, 2006

He aquí una narrativa de los primeros minutos de Elías en esta contaminada, caótica, desordenada, insegura, pero siempre amada Cd. de México...

Les cuento la historia..

Hoy por la mañana me desperté a las 9 am porque teníamos cita con el doctor a las 11:30, sin embargo había que pasar a hacer un estudio llamado PSS (nada que ver con videojuegos desgraciadamente) donde se quería ver si el bebé presentaba alguna complicación de tipo complicada jajajaja... quiero decir algo que le estuviera causando algún sufrimiento y que presentara alguna complicación para el tan esperado parto.

Cuál fue nuestra sorpresa cuando en el estudio aparecieron poderosas contracciones (de esas que retuercen a las futuras mamás) y que anunciaban algo que aunque ya queríamos locamente, no nos sentíamos preparados (y personalmente creo que nunca se está preparado para algo así).Fuímos pues a la consulta como siempre y cáspita cuando nos dijeron que debíamos ir ya al hospital porque Elías quería salir el día de hoy.

Fue ahi cuando en verdad comenzó el día... se suponía que sería un día de fiesta, habíamos pedido sendos barriles de cerveza de 30 litros cada uno, comprado 2 kg de jamón, mucho pan, muchas botanas, muchos refrescos, vasos rojos de fiesta y gelatinas que pretendíamos hacer con mezcal para aderezar los bocadillos. Sería una noche con 50 invitados sedientos de diversión, la cual nos proponíamos a saciar.

El Oktober Fest hasta nuevo aviso...

Sin embargo, la fiesta cambió... ya no fue una fiesta de alcohol, sino de alegría. Puedo decir que este día está en mi top 3 de días felices. Hoy me di cuenta de muchas cosas, no importa cuánto tenga una persona un deseo y lo espere desde hace muchos años, el momento en el que se cumple, es sorpresivo, inesperado, fantasioso y produce una sensación etérea que a casi 12 horas de saber lo que pasaría, me tiene en las nubes. También me di cuenta que no importa cuántas veces tus amigos demuestren la hermandad que se funde con los años, o el apoyo incondicional en las situaciones más difíciles o en las más alegres, no importa cuántas veces no te digan que te quieren pero que sabes que lo sienten, no importa cuántas veces los lazos de amistad se sientan más como de sangre, no importa cuantas veces pase algo así, por siempre se puede sentir un poco más o un mucho más. Igualmente puedes pensar que tus papás no van a estar más felices de ti cuando te vieron caminar por primera vez, cuando hablaste, cuando sacaste tu primer 10, cuando diste tu primer concierto, cuando recibieron una felicitación de alguien más por su hijo, cuando saliste de la escuela, cuando terminaste la universidad, cuando encontraste tu primer trabajo, cuando saben que te va bien en él... uno no recapacita en la cantidad de momentos felices que les damos a los papás y de por qué cuando hacemos cosas malas, cuando creemos haberlos decepcionado o ese tipo de cosas tristes, nos siguen queriendo, están ahí, nos apoyan y con una sonrisa sabemos que todo va a estar bien. Sin embargo es una acción ya tan natural que olvidamos por qué sucede. Puedo decir feliz que para mí, hoy empieza ese camino...

Así pues, el pequeño Elías venía haciendo estragos en la pancita de su mami, venimos desde Médica Sur, al Sanatorio San José, todo el tiempo haciendo llamadas cancelando la fiesta y esparciendo la noticia. Llegamos, nos registramos y esperamos a que nos asignaran habitación. Llegaron mis papás, mi hermano y mi hermana y pues todos nerviosos, igual la noticia les tomó desprevenidos como a nosotros.

La mamá...

El papá...

Subimos a la habitación nerviosos porque nos habían dicho que a las 2 seríá esta onda y quedaban ya pocos minutos. La espera se convirtio en nerviosísimo y ansiedad cuando ya eran las 2:30 y no pasaba nada, bueno casi nada, porque la habitación cada vez estaba más llena de la gente que nos quiere y quiere al pequeño Elías. Decidimos llamar al doctor, quien calmó los ánimos pero inyectó una dósis de decepción cuando dijo que se había pasado a las 3:30.

Las visitas no tienen sueño...

De pronto y sin saberlo, subieron un par de enfermeras que sacaron a todos, menos al irresponsable legal (o sea yo), para preparar a Nalle... le hicieron unas pruebas de temperatura, presión y esas ondas doctoriles. Salimos de la habitación rumbo a la sala de operaciones y todos se despedían emocionados porque dentro de poco conocerían al pequeño Elías.

Las golondrinas...

A partir de este momento y por los 15 minutos siguientes no supe mucho de mi esposa. Bajé al quirófano y me dieron un traje de estos como de enfermero para poder pasar, me pidieron que me quitara lo que traía y que me quedara en exquisitos y sensuales calzones, calcetines y zapatos, o sea lo más sexy. Me quité los dos celularas (el mío y el de nalle) mi brazalete, mi reloj, mi cartera, playera de pumas, pantalones y ante esta terrorífica visión tuve que ponerme las ropas de enfermero. No sin antes esconder el ipod para escuchar el soundtrack del nacimiento del bebé que detallaré más adelante.

Me veo bien de enferemero ¿no?

Así pues el nerviosísimo se apoderó de mi cuando a punto de entrar a la sala de operaciones escuché un par de gritos de Chantal, le estaban aplicando la terrible inyección en la espalda que cual daga mortífera, primero penetra, hiere y luego invade de la tranquilidad que una buena anestesia produce.

Una de esas cosas por las que no quisiera pasar nunca...

Entré y ya saben, todo perfecto, era como un capítulo de ER o Doggie Hauser... "Dr. cuántas esponjas... 2... cepillos, gazas.... Dr. este es el equipo de... cómo estuvo la comida de... terrible, carísima y además me hizo daño... la del año pasado estuvo mejor... lo mejor fue cuando la Dra. se puso..." Inmediatamente las instrucciones "puede estar aquí, pero no toque nada, no tire nada, si algo se cae no lo recoja, no se mueva y quédese aquí como militar..." La verdad son más los nervios y las ganas de que todo salga bien que uno no piensa en romper cualquiera de esas reglas.

Después el momento que esperaba "...bisturí..." y comienzan los cortes, 1, 2, 3, 4 no se, perdí la cuenta. Ahí es cuando uno recapacita lo protegido que está el bebé en esa pancita, es como una bóveda bancaria con muchas paredes que hay que perforar antes de robar el equisito tesoro que guarda. Por supuesto entre la atención y la sorpresa a uno se le van muchos disparos (de cámara) pero quiero decir que se ve espectacular... en el momento en que logran llegar al bebé, el agua brinca como fuente y salpica a todos, en ese momento y como si fuera el banderazo de salida, todos se mueven súper veloces y comienzan a trabajar con una presteza que se olvida el aletargamiento y la paciencia que preceden al corte final. El Dr. mete la mano como buscando un boleto en una urna de rifa y pregunta "...a ver qué sale primero..." el papá de metiche dice "...por ahí estaba la espalda no?..." contesta el doctor, "...no más bien las pompas..." y de pronto zas, Elías se deja ver, por supuesto primero el trasero (muchos podrían alegar herencia paterna, pero eso lo discutiremos en otro post) e inmediatamente la cabeza. nunca había visto un recien nacido tan recien jejeje y puedo decir que no tenía color o al menos eso me pareció. Lloró inmediatamente y vio a todos, puedo decir que en sus ojos estaba esa pregunta "... qué pasó? dónde estoy?..." Por estar grabando y por la velocidad de este momento, no corté el cordón, el cuál no estaba precisamente enrollado en su cuello, pero si lo traía como correa de mochila al hombro. Lo pasan a la cama de reanimación y ahi es cuando se pone bueno... todavía no tenía ni 3 minutos afuera y ya lo había manoseado una mujer, lo había tallado, tocado sus partes, metido una zonda por la boca y hasta el estómago, metido un dedo en la boca, tapado sus orificios nasales e infinidad de cosas que lo único qu epude decir fue "... no te preocupes hijo, cuando tengas 15 te llevo con ella para que te desquites..."





Sin duda, el milagro de la creación...


El video... nunca debe faltar... atención, solo para fuertes de estómago

Todo eso entre fabulosos llantos de Elìas, ah que pulmones! los cuales cesaron inmediatamente cuando tuvo cerca a su mamá... supongo que ya desde ese momento uno siente esa buena vibra, esa seguridad, esa protección que se siente cuando tu mamá te abraza... así como cuando te caes de niño y tu rodilla sangra y sientes que se te va a salir el corazón por ahí y entonces llega tu mamá y te lava, te pone un curita y santo remedio... Mientras todo eso pasaba, el ipod tocaba un soundtrack increíble que presagia un bebé del metal, cuando salió y vio la luz, Mötley Crue con su exquisita Live Wire retumbaba en mis oídos seguido por una de las mejores voces del rock actual, Chris Cornell y su Audioslave con la fabulosa guitarra de Tom Morello en cochise...

¡Por fin se conocieron!

Lo que siguió puedo describirlo como cuando te bajas de la montaña rusa... la adrenalina al tope, la emoción, el ansia de contarles a todos... y así fue... subí corriendo y para que todos me vieran y vieran las fotos y el video... de inmediato las palabras que hacen sentir orgulloso a cualquier padre "... está súper bonito..." "...qué buen color..." la verdad lo único que interesa es que tenga 2 brazos, 2 piernas, 20 dedos, 2 ojos, una nariz, una boca, y que todo funcione bien, pero quién puede negarse a unos cuantos cebollazos...

Contando historias...

Lo demás es historia, toda la famila y los amigos aquí, viendo de cuando en cuando a Elías por una ventana, cargado por una malhumorada enfermera (que espero mañana no esté) y que negaba la toma de unas fotografías del recien venido.

En fin, ya saben, todos quieren oir la historia y algunos pocos son los afortunados que la escuchan primero, fresca, sin alteraciones que produce la imaginación y la emoción de contar una historia cada vez más espectacular. Por eso escribo este primer relato sobre los primeros respiros de Elías en la Tierra, para que un día él, también pueda saber qué pasó el 30 de septiembre de 2006, cuando su papá pretendía celebrar su cumpleaños y dijo no señor, aquí y desde ahora, mando yo...

saludos!

Carlos